Si algo aprendí, es que cada una de las cosas que quieres se ganan a pulso y que aquí no te regalan nada, porque esta vida no es fácil, esta echa para sufrir y a base de ello recompensarte, y así conseguir la felicidad. 
Que aquí, cada paso es una sorpresa, a veces buena, a veces mala.
Que cada mirada, puede ser un mundo y cada sonrisa un gesto de valor.
Aquí si lloras, te destrozas tú, destrozas a los que te quieren, en cambio si ríes, eres feliz tú y todos los que son capaces de sacarle el encanto a todas y cada una de tus sonrisas, con sus defectos y sus virtudes, pero si la aprecian de verdad y saben que es sincera les parecerá la sonrisa más preciosa del mundo. Deja de llorar, reflexiona y aprende a reírte de los problemas, que la vida no responde a lágrimas, porque agua le sobra, responde a sonrisas, porque alegría le falta.
En esta vida, hay muchísimas cosas buenas, las veas o no, las vas descubriendo poco a poco, lo que pasa es que tenemos pocas cosas malas y les damos tanta importancia que dejamos pasar las buenas porque suelen ser pequeñas, parece que las queremos disfrutar mientras nos quejamos a cada momento.Las personas somos idiotas y vamos siempre a lo grande, a lo mas llamativo, a lo peor. Así que deja pasar lo malo y fíjate en esas pequeñas cosas, que nos pasan cada día, porque esas son las buenas, las que no sabemos expresar, las sonrisas tontas, inexplicables, cada sonrisa que dedicas a alguien o te sale expotaneamente, esas sonrisas son las pequeñas cosas a las que me quiero referir, las buenas de verdad, las que desaprovechamos continuamente, Esas son las que remplazamos siempre, por las cosas que más nos llaman la atención, esas malditas cosas, los problemas. No dejes pasar la más mínima alegría, siempre será un punto de apoyo en el peor momento.
Sonríe siempre, que no se te pase por la cabeza nunca la idea de llorar, es un vicio, es una pesadilla. Si lloras, recuerda que cada lágrima que toque tus labios, debe convertirse en una sonrisa, por algo van destinadas a la boca, para crearte un escalofrío que te recuerde esa sonrisa.
Valora la sonrisa siempre, es el mejor regalo que te puede haber echo la vida, recuérdalo, pero no lo recuerdes para siempre, porque siempre, es nunca, así que recuérdalo eternamente.